Justificación
La complejidad de la problemática social colombiana que conjuga la pobreza y la inequidad, con los efectos devastadores de la pandemia que azotó al mundo y un conflicto armado en medio de la población civil, causantes de una de las peores tragedias humanitarias de la historia nacional reciente como ha sido el desplazamiento forzado de más de 4 millones de personas, las sistemáticas violaciones a los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario, la delincuencia común, el tráfico de drogas, armas y el blanqueo de dineros, la corrupción, la debilidad de la justicia, entre otras múltiples problemáticas que afectan severamente a millones de personas en comunidades de gran diversidad étnica y cultural, han definido a Colombia como uno de los más desafiantes escenarios para la intervención social en el mundo.
Justificación
La complejidad de la problemática social colombiana que conjuga la pobreza y la inequidad, con los efectos devastadores de la pandemia que azotó al mundo y un conflicto armado en medio de la población civil, causantes de una de las peores tragedias humanitarias de la historia nacional reciente como ha sido el desplazamiento forzado de más de 4 millones de personas, las sistemáticas violaciones a los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario, la delincuencia común, el tráfico de drogas, armas y el blanqueo de dineros, la corrupción, la debilidad de la justicia, entre otras múltiples problemáticas que afectan severamente a millones de personas en comunidades de gran diversidad étnica y cultural, han definido a Colombia como uno de los más desafiantes escenarios para la intervención social en el mundo.
Paradójicamente, Colombia muestra indicadores de desarrollo económico que la han hecho calificar por el Banco Mundial como un país de renta media alta y que le han permitido ingresar a la OCDE, situación que ha puesto a Colombia en una posición dual frente a la Cooperación Internacional: como receptor por las razones ya expuestas y también como oferente; Colombia tiene mucho para aportarle al progreso de otros países, incluso del norte, a partir de su conocimiento, experiencia y buenas prácticas forjadas por años en los fuegos de la violencia, el desplazamiento forzado, los desastres naturales, las violaciones a los derechos humanos y la pobreza, pero también en la iniciativa, creatividad, compromiso, solidaridad y vocación de servicio de su población.
Las relaciones internacionales entre los países en la dinámica actual de un mundo globalizado e interdependiente fluyen a través dos ejes de actuación: los negocios y la Cooperación Internacional; ambos se interrelacionan cada vez más, dado que los países tienden a direccionar su cooperación hacia los países donde tienen vínculos históricos, culturales, sociales y por supuesto económicos, representados en negocios e inversiones.
Si bien es cierto la Cooperación Internacional ha tenido un fuerte énfasis hacia la lucha contra la pobreza y la promoción del desarrollo, también es cierto que los escenarios de cooperación se han extendido hacia la búsqueda de soluciones a problemas que trascienden las fronteras como el cambio climático, la lucha contra el tráfico de drogas, la trata de personas, los derechos humanos, la justicia, la salud, la corrupción, la seguridad y lucha contra el terrorismo, entre muchos otros nuevos frentes, por ende la cooperación ya no solo se presenta de países más desarrollados a países menos desarrollados, conocida como norte – sur, hoy observamos fenómenos como la cooperación sur – sur, triangular, sur – norte y norte – norte, es decir es un fenómeno multipolar.
Igualmente, la cooperación ha involucrado a nuevos actores trascendiendo a los tradicionales acuerdos gobierno a gobierno caracterizado por su centralismo, dando paso a la participación de los gobiernos locales a través de la cooperación descentralizada y la posibilidad que los alcaldes del mundo puedan cooperarse entre sí en función de la solución a sus diversas problemáticas comunes; igualmente participan de ella las OSC y las ONG, las Cooperativas, los Sindicatos, las Cámaras de Comercio, las Cajas de Compensación Familiar, las Asociaciones de Profesionales y los Gremios, las Empresas privadas a través de sus programas de Responsabilidad Social y las Universidades en sus funciones sustantivas de educación, investigación y proyección social o extensión.
La necesaria actuación multisectorial conjunta para el abordaje integral del desarrollo territorial, pone sobre la mesa el tema de las alianzas estratégicas y los consorcios con fines sociales, siendo este un desafiante reto para la sociedad colombiana, que justifican el marco conceptual del VI CONGRESO COLOMBIANO DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL.